Día 2 de Abril, día de la concienciación sobre el TEA, trastorno comúnmente
conocido como Autismo.
El autismo es un trastorno complejo que suele generar incertidumbre, no solo
entre la familia más cercana, si no en todo el entorno… sin “signos” físicos
aparentes, ninguna señal que nos alerte, y por supuesto no hay luces de neón
que vayan señalando a estos niños o niñas por la calle.
El otro día leía una entrevista a una madre, en la que relataba como otras
madres le habían hecho sentir tremendamente mal al criticar a su hijo,
calificándolo de malcriado porque constantemente cogía juguetes que no le
pertenecían y no hablaba con el resto de niños, sobra decir que se referían a
su hijo con síndrome autista.
¿Es necesario que exista el día de la concienciación del TEA? Obviamente
después de leer la entrevista de esta madre, no cabe ninguna duda. Al igual
que tantos otros días que nos vienen a recordar la necesidad de aceptar al
otro, sea cual sea su historia personal.
En un mundo donde se habla de todo, todo el tiempo además, hay
circunstancias que se observan rápido, por ejemplo una ceguera, una parálisis
y mil más y aunque tampoco sea este el caso en el que la sociedad lo ponga
fácil, abriendo los brazos en un abrazo integrador, por lo menos se pueden
ahorrar las criticas tan afiladas como equivocadas. El autismo no es algo
visible, no hay “luces de neón” que lo anuncie.
Ojalá llegue el día en el que no haya que conmemorar nada, imagino ese día
como el momento en el que habrá igualdad real para todos, mientras llega y no
llega quizá sea el momento de valorar toda la concienciación que sigue
faltando.
Una mirada desde el amor hacía los demás siendo conscientes de que lo más
probable es que no conozcamos sus circunstancias nos facilitaría el estar
abiertos al enorme regalo que es cada persona. Siempre habrá mucho más
que nos acerque que lo que nos aleja.
El enlace de este blog les llevará al escrito publicado por Raquel del Rosario
(vocalista de “El sueño de Morfeo”) hablando sobre su “niño hada”, es un texto
increíble, dulce y sensible, en el que desde un amor profundo y conmovedor
nos adentra en su experiencia vital como madre de Leo, una mujer valiente que
deja ver en cada una de sus palabras todas sus vulnerabilidades para
convertirlas así de un plumazo en fortalezas. Una visión real del TEA con las
complicaciones que implica, por supuesto, pero también con todo lo bello que
significa tener un hijo, porque al final, de eso se trata.
Pincha en la imagen anterior para ver el artículo completo. Fuente: Planeta Particular by Raquel del Rosario
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