“¿Por qué hacen bullying?”. Keaton Jones

Con esta pregunta comienza el video que les proponemos en este blog, con esta pregunta que Keaton Jones le lanza a su madre da comienzo un video que hace tres años se convirtió en viral en Internet.

Esta aparentemente sencilla pregunta dio la vuelta al mundo, y nos conmocionó a todos. Un niño relataba en primera persona algunos de los momentos realmente duros que debía soportar en su colegio día tras día por culpa de algunos de sus compañeros.

Tres años después la situación del bullying sigue siendo la misma, muchísimos niños cada día sufren en sus escuelas agresiones, humillaciones y vejaciones, un gran número de ellos además lo sufren con vergüenza y en silencio. Miles de niños esperan con ansia que los años de colegio acaben pronto y con ellos su sufrimiento diario.

Durante años se ha puesto la lupa en las víctimas ofreciéndoles, en el mejor de los casos, ayuda psicológica o incluso en algunos casos niños han cambiado de centro cuando la situación se ha convertido en insostenible. Sin ninguna duda resulta imprescindible que las víctimas reciban toda la ayuda posible, pero ¿y si….Keaton Jones tuviese razón?

¿Cabe la posibilidad de que nos estemos olvidando de una de las partes más importantes?

¿Por qué hacen bullying? Esa es la pregunta con la que comienza su video este niño, y esta es la pregunta más importante que nos podemos hacer los profesionales hoy en día.

¿Sería posible ayudar a la victima, pero también al agresor?

¿Cabría la posibilidad de “detectar” a estos niños y ayudarles a canalizar toda esa furia, falta de empatía y/o dolor en otro sentido?

Si deseamos que este problema desaparezca o por lo menos baje la incidencia de forma importante, ha llegado el momento de plantearnos trabajar con la variable más importante: el agresor.





Hay miles de motivos que pueden llevar a un niño o niña a ser violento con los demás: problemas en su casa, baja autoestima, haber sufrido bullying y un largo etc. En nuestro afán de clasificar y muchas veces criminalizar nos olvidamos de que las conductas no suceden de repente y suelen tener una motivación detrás.

Aunque no suene muy popular, es el momento de centrar la atención en la víctima, pero también en el que agrede.

Les lanzamos una pregunta al respecto:

¿Se podrían evitar conductas violentas si se trabajase con los niños que tienen este tipo de conductas violentas?

¿Cómo afectaría tanto en el presente de esos niños como en su futuro?


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