“Cuando son adolescentes, debemos estar en la penumbra”. Antonio Rios

Durante todos estos años de trabajo con muchas familias me he dado cuenta de que en general todos los padres llegan a un punto parecido cuando sus hijos alcanzan la adolescencia, el de no entenderles.

Esto que suena como muy abstracto, seguro que si alguna madre o padre con hijos en este periodo de la vida lo está leyendo lo entienden a la perfección y es que en un momento tienen un niño maravilloso, cariñoso, comunicativo, relativamente feliz y al “minuto siguiente” se encuentran delante de un adolescente que no quiere que le abraces, (mucho menos en público) y cuyo extenso vocabulario se ha reducido sorprendentemente a: si, no, vale, bien, no me controles. Curiosamente frases como “no me controles” o “¿qué haces aquí?” son las frases que mejor y con más soltura llegan a estructurar.

La realidad es que la adolescencia puede ser de las etapas más complejas y complicadas para cualquier ser humano por lo que no es extraño que como padres no les entendamos…!realmente en la mayoría de las ocasiones no se entienden ni ellos! Les dejamos un breve video de Antonio Rios (psicólogo especialista desde hace más de dos décadas en el trabajo con adolescentes) en el que de una forma clara y bastante divertida nos habla sobre las contradicciones y necesidades de los adolescentes.

No deseamos contarles mucho para que lo vean con el interés que requiere, pero consideramos importante hacer especial hincapié en la diferencia entre lo que piensan y lo que dicen. Resulta muy esclarecedor comprender hasta que punto son muchas las veces en las que el lenguaje y aquello que verdaderamente sentimos no guardan ningún tipo de relación, “facultad” a la que en demasiadas ocasiones los adultos nos seguimos aferrando y que tan poco nos beneficia.

Si tienes algún adolescente o preadolescente en casa, que no cunda el pánico, normalmente nunca es para tanto, solo es necesaria una dosis extra de paciencia y tener claro que no debemos alejarnos demasiado, ellas y ellos lo pedirán, reclamarán su espacio, se quejarán y sobre todo protestarán, esto muchas veces y de un modo muy exagerado, se creen mayores, capaces, fuertes, pero no lo olviden, la realidad es que se sienten inseguros, vulnerables y muy pero que muy aterrorizados, por lo tanto, lo mejor es “estar en la penumbra” pero seguir estando, siempre.

Cualquier etapa en la vida de un niño debe ser vivida con intensidad, todo el sentido del humor posible y amor, mucho amor del bueno, para la adolescencia recomendamos los mismos ingredientes (si necesitan ayuda, no duden en buscar a un buen profesional)




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